Interesa resaltar la personalidad evangélica de Jesús. Y cuanto más se difunda, mejor. Es lo que hace el autor de este libro presentando la alter-nativa del Dios cristiano, que es sinónimo de in-dependencia radical y de rebeldía sana.
Son muchos los que agradecen el don de la fe por la inspiración que aporta y porque les permite cooperar en la extensión del Reino de Dios. Estos creyentes irradian el amor evangélico, colaboran con la intervención del Espíritu en la historia y pregonan la valía de Jesús, el Viviente que en-tusiasma y provoca compromisos con una nueva espiritualidad y con el dinamismo posible de las bienaventuranzas.
Ordenar el mundo según Dios supone entender el sentido rebelde y original de Jesús. Los cristia-nos auténticos contribuyen a mejorar la historia humana.